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04/17/2017Imagen de la semana: mitines y hologramas
04/23/2017Una respuesta a tiempo es fundamental para preservar la imagen corporativa de una empresa, independientemente de la antigüedad y del número de empleados de esta. Este último mes hemos presenciado cómo dos grandes organizaciones como son United Airlines y PriceWaterhouseCoopers (PwC) han gestionado sus crisis de relaciones públicas.
El violento desalojo de un pasajero de United Airlines por overbooking
La aerolínea United Airlines se ha visto envuelta en un escándalo por el vídeo en el que se veía a uno de sus pasajeros arrastrado y golpeado por el pasillo de uno de los aviones de su flota, argumentando que debía ser desalojado por motivos de “overbooking”. El vídeo ha dado la vuelta al mundo a través de las redes sociales y ha tenido como consecuencia la pérdida de su reputación y un gran desplome de sus acciones en Bolsa. Ante tal situación, Óscar Muñoz, el CEO de la compañía, lanzó un comunicado relatando que lamentaba haber tenido tenido que reacomodar a los pasajeros. Horas más tarde, se filtró un e-mail de Muñoz a los empleados de United en el que sostenía que el comportamiento del pasajero fue “perturbador y beligerante”. Al final, el CEO de United se disculpó el pasado martes.
Este es un buen ejemplo de cómo no debe gestionar una empresa una crisis. Ante todo, Muñoz debería de haber admitido el gran fallo que había cometido la empresa expulsando al pasajero con violencia del avión cuando emitió el comunicado. En segundo lugar, debería de haber explicado por qué fue desalojado y se está permitido estos tipos de comportamientos. Por último, debería de haber pedido disculpas públicamente a la víctima del escándalo, ofreciéndole una solución y una compensación por lo ocurrido, argumentando que se investigaría lo ocurrido y tranquilizando al resto de pasajeros para que no vuelva a tener lugar una situación de esta índole mediante la adopción de políticas y protocolos de actuación.
Cuando ocurren tesituras de este tipo, muchas compañías suelen actuar como United Airlines, porque prefieren evitar demandas y juicios sin asumir la culpa, cayendo en el error de no tener en cuenta la reputación corporativa, ganando así malas críticas y perdiendo miles de clientes y 800 millones de dólares en bolsa.
El error más escandaloso de la historia de los Oscar
PwC volverá a ser la encargada de custodiar los resultados de la gala de los Oscar, a pesar de haber cometido uno de los peores fallos de toda la historia de los premios el pasado 26 de febrero.
Aunque el hecho pasará a la posteridad, la respuesta de la auditora ha sido clara y concluyente, aunque con ciertos fallos que pasaremos a analizar.
En primer lugar, PwC emitió en Twitter un comunicado el pasado 28 de febrero disculpándose por la equivocación que habían cometido sus trabajadores, dos días después de que tuviese lugar la ceremonia de los Oscar: «PwC asume toda la responsabilidad por la sucesión de errores e infracciones a los protocolos establecidos durante la noche de los Oscar. Nuestro socio Brian Cullinan entregó por error el sobre de back-up para Mejor Actriz en vez del sobre para Mejor Película a los presentadores del premio, Warren Beatty y Faye Dunaway. Una vez que ocurrió el error, ni Cullinan ni su compañera siguieron los protocolos para corregirlo lo suficientemente rápido».
En estas situaciones de comunicación de crisis el factor tiempo juega un papel fundamental, y personalmente, considero que la consultora americana debería de haber reaccionado con más rapidez, en lugar de esperar 48 horas para enviar un comunicado dada la magnitud y la repercusión mundial de un acto como es la gala de los Oscars.
Sin embargo, debemos reconocer que el contenido del mensaje es sincero y claro, y la empresa admite el fallo que ha cometido con total transparencia. A través de este reconocimiento de la responsabilidad, la auditora asume su error y aunque su imagen corporativa se ve afectada, esta acción comunicativa proporciona credibilidad y seguridad a los medios de comunicación y a los usuarios de las redes sociales. De esta forma, se reduce el interés de los periodistas y del público en general.
Para anticipar este tipo de tesituras y prever los riesgos que conlleva, PwC ha reaccionado seleccionando a nuevos consultores para la entrega de premios e implementando nuevos protocolos de actuación. Para ello, en la próxima edición serán tres los auditores que conozcan el contenido del sobre, y uno de ellos permanecerá en la sala de control de la gala para reaccionar ágilmente en caso de que se repita una situación como esta.
Además, para evitar distracciones, la compañía ha decidido que los trabajadores que custodien los sobres no podrán acudir a la ceremonia con los dispositivos móviles, ya que Cullinan, uno de los dos consultores de PwC, estaba junto a varios de los asistentes de la gala ‘tuiteando’ imágenes de la actriz Emma Stone, que fueron borradas de su cuenta personal horas después del error.
Como norma general, la comunicación en situaciones de crisis como esta, debe fundamentarse en la sinceridad y en la capacidad de diálogo con nuestro entorno para no perder la reputación corporativa de la organización a la que pertenecemos. Aunque no todas las crisis son iguales, toda empresa debería contar con un comité para abordar situaciones problemáticas inmediatamente después del incidente. Nunca está de más elaborar un manual de crisis exhaustivo que atienda al mayor número de riesgos y situaciones posibles que se nos pueden presentar.