Encuentro en el Sur
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10/02/2018Estudiar la historia de los eventos es necesario para seguir investigando hacia el futuro y hace que nos demos de bruces con esos acontecimientos que por costumbre en cada comunidad se llevan a cabo de manera anual o cada determinado periodo de tiempo.
Aunque los primeros eventos como tales que se observan en los manuales son los que provienen de la ciudad de Tyre y posteriormente de la revolución industrial en Inglaterra, existen otros que cumplen con las características propias de estas actividades y que también forman parte de la cultura de los eventos, como son los que cuentan con la tradición segun los pueblos, colectivos y comunidades.
Los eventos tradicionales conllevan en su ejecución multitud de beneficios al territorio, como la creación de marca ciudad asociando éstos al lugar en el que se celebran y consiguiendo cierta relevancia a nivel turístico en muchos lugares de la geografía mundial.
Si pensamos en el caso español y analizamos la multitud de estos eventos tradicionales que llevan a cabo, podemos afirmar que gran parte vienen de la historia del lugar, pero la otra parte de sus pilares beben de la religión.
Con el objetivo de crear comunidad con los vecinos, dar las gracias, conseguir la bendición, realizar alguna petición y en definitiva, dar valor añadido a la fe unido a la socialización, los eventos tradicionales religiosos siguen marcando nuestro calendario aunque se haya desvirtuado los objetivos primarios en gran parte de ellos y haya quedado en muchos únicamente la festividad y el nombre de la misma.
El Corpus, Las fiestas de la Virgen del Pilar, La Magdalena, Navidad, San José, San Isidro o el día de la Ascensión por citar algunos, están arraigados a la tradición católica española y la mayor parte de ellos son festivos o a nivel nacional, o local. Estos eventos tradicionales mezclan multitud de micro actos dentro de la religión (misas, procesiones) como de lo social (fuegos artificiales, conciertos…) hasta lo mas personal (Nochebuena).
A día de hoy, existe la propensión hacia lo aconfesional e incluso lo laico, donde algunos mandatarios de municipios quieren eludir la parte religiosa pero si quedarse con la parte mas institucional, incluso llegando a convertir lo religioso en antónimo de lo civil y llegando a desvirtuar por tanto la esencia de la tradición, cuando en realidad pueden confluir juntos.
La otra tendencia viene de la globalización, concretamente es la creación de sociedades mas cosmopolitas y diversas, lo que nos hace mas visibles y mas ricos culturalmente al conocer o incluso poder acudir a festividades de otras religiones que no son la tradicional en nuestra ciudad de origen. Desde el día de acción de gracias, pasando por Hanukkah o Eid, son eventos costumbristas que perduran en el tiempo, dejando entrever cómo las religiones del mundo cimientan eventos tradicionales y de ahí, cómo éstos van evolucionando.
No concebimos pasar el año sin festivos ni festividades. Por tanto, y aunque estemos cada vez mas en una sociedad que tiende a estar mas alejada de doctrinas religiosas (no políticas) no puede caer en saco roto que romerías, procesiones, días de los patrones y patronas de los municipios, y un sin fin de fiestas de las que celebramos en España, tanto en grandes urbes como en pequeños núcleos poblacionales tienen el nexo común de la religión. Aunque hayamos evolucionado, creo que es necesario no olvidar de donde venimos ni lo que la religión ha podido hacer por este gran sector como es el de los eventos.