Selfies y Protocolo
07/23/2014Vacaciones
08/06/2014Estarán de acuerdo conmigo en que la sociedad cada vez se encuentra más dispuesta a protestar por aquellos acciones políticas y de gobierno que no son justas, a favor de la transparencia y de que los representantes políticos, e incluso los bancos, se conviertan en lo que los ciudadanos nos merecemos, lejos de la corrupción, el egoísmo y el enchufismo.
Una de las vías formales por las que conseguir esto, son las manifestaciones sobre una cuestión determinada en el que un nutrido grupo de ciudadanos protesta por una situación concreta a través de un recorrido por las calles de diversas ciudades o mediante la concentración en algún lugar emblemático. Seguro que a todos se nos vienen a la cabeza las realizadas en el año 2011 y a las que se les llaman movimiento 15M, como uno de los paradigmas de los derechos políticos que todo ciudadano ostenta.
Pero ante el volumen de protestas que casi de manera diaria nos encontramos, son los medios de comunicación los que deciden sobre cuales hacerse eco y cuales no. Esta decisión sobre la mediatización de unas protestas en vez de otras que ha provocado la creación de nuevas formas de ejercer este derecho constitucional, haciendo brillar la creatividad y por tanto, incitando a que la repercusión mediática se concentre en ellos por la innovación incluso a veces con tintes cómicos en las que han decidido determinados colectivos transformar sus formas de protestar y manifestarse.
Al tener una mayor cobertura en medios, es más probable que el representante político o económico hacia el que se dirige ese colectivo con esas acciones, por mucho que hayan enviado escritos, concertado reuniones y hayan visitado su despacho, conozca el asunto sobre el que hacen hincapie y así sepa de su existencia por todas las vías posibles.
Pero esa repercusión no solo es hacia los cargos públicos y los medios, sino también dirigidos a los otros ciudadanos, que mostrarán mayor interés sobre el tema de la protesta cuando son espectadores de estas nuevas vías de manifestarse, por aquello que se dice de que la curiosidad mato al gato.
El cantar por fandangos en el Parlamento Andaluz, enseñar los pechos con un mensaje en una sesión plenaria en el Congreso, bailar unas sevillanas en una sucursal bancaria, protestar a golpe de ópera o pasearse por los aledaños del consistorio municipal vestidos de zombies ya forman parte de la historia de las protestas en España, y hay que decir que han conseguido su objetivo de salir en medios y por consiguiente canalizar su mensaje hacia la persona concreta a la que van dirigidos.
[youtube https://www.youtube.com/watch?v=iop2b3oq1O0&w=560&h=315]
Podremos estar de acuerdo o no con las nuevas tendencias en cuanto a protestas que nos rodean, pero considero que nunca dejaremos de sorprendernos a nosotros mismos, ni llegaremos a conocer al 100% la capacidad humana para inventar y poner la creatividad sobre la mesa en cuestiones que afectan a la calidad de vida y formas de pensar de nuestra sociedad, siempre desde la legalidad y la legitimidad de las acciones.
1 Comment
Magnífico, en España hacen falta más personas como tú.