Imagen de la semana: mitines y hologramas
04/23/2017Imagen de la semana: W20
04/30/2017Llevar a cabo un evento supone tener en cuenta toda una serie de aspectos que nos ayuden a hablar de una organización completa y profesional dirigida a todos los públicos.
A dia de hoy, pensar en eventos es pensar de manera global y poder ofrecer una experiencia que conlleve memorabilidad positiva tanto en asistentes como en organizadores.
Pero existe un aspecto que aun necesita de la concienciación del sector,el cual estando sensibilizado con el tema, demuestra que aun queda camino por recorrer: la responsabilidad social corporativa nos enseña la importancia de la integración, inclusión y accesibilidad en los eventos.
Pero nos gustaría hablar en este post de la accesibilidad en los eventos desde dos puntos de vista: activa y pasiva.
La mas popular y de la que mas nos preocupamos es de la pasiva, que hace referencia a aquella que solo piensa en los asistentes al evento, en el foro, el público que disfrutará del evento, siendo lo mas común el contar con intérprete de signos y espacios habilitados para asistentes con movilidad reducida. Incluso las puertas y los baños accesibles cada vez son mas comunes en los lugares donde se celebran eventos.
Es común que cuando hablamos de accesibilidad, solo se hace mención a lo pasivo, a quienes asisten al evento, pero, ¿Qué ocurre con la otra parte humana de los eventos,es decir, con los ponentes? ¿Se tiene en cuenta si tienen alguna necesidad para hacer su experiencia positiva? A este tipo de accesibilidad, la denominamos activa, y es la gran olvidada incluso en esos eventos que se consideran para todo tipo de públicos.
Hay casos de haber contratado a un ponente con movilidad reducida y haber olvidado buscar un espacio con rampa para subir al escenario. En la misma situación, personas con discapacidad visual y no prever un método alternativo para disfrutar de un video por parte de la mesa presidencial, e incluso romper la presidencia y estética de una mesa presidencial situando a una persona en silla de ruedas en un lateral porque la mesa es mas pequeña y no cabe.
Multitud de ejemplos de como no ejercer la accesibilidad lo aporta este modelo, ya que estos casos por desgracia se repiten mas de lo que nos gustaría. Aunque el colectivo es respetuoso siempre y entiende determinadas situaciones, lo peor no queda ahí, sino en muchas ocasiones el sentimiento que genera en estos ponentes, desde un mayor nerviosismo hasta pensar que se le está ridiculizando, es negativo.
El miedo a preguntar, el desconocimiento y los malentendidos son partes importantes a la hora de cometer estos errores. Por ello, desde Política y Protocolo recomendamos siempre contar con una persona experta en accesibilidad que nos asesore en estas cuestiones. En el mismo sentido, y como conclusión, se aconseja que al hablar de accesibilidad nos pongamos en todos los escenarios posibles, preguntemos sin miedo, ya que no es necesario obviar palabras por si pudiésemos herir a la otra persona, pero si hacerlo de manera asertiva.
En definitiva, adaptemos los espacios para todos persiguiendo la integración y normalización tanto de los actores pasivos, como de los activos en nuestros eventos.