Halloween Político
10/30/2016Provocación Política y Protocolo
11/17/2016Con el día de las elecciones a la vuelta de la esquina (será el próximo 8 de noviembre), existe una figura que también sufrirá un cambio y supondrá escribir parte de la historia del país norteamericano; la emblemática primera Dama.
El papel de ser la esposa del Presidente y una de las partes de la llamada Familia Presidencial, supone representar a toda una sociedad a través de un ideal y unos valores que ellos simbolizan; Una mujer perfecta en la que poder mirarse y sentirse orgulloso de que forme parte de la élite institucional.
Esta figura se encuentra en un limbo normativo sobre el que merece la pena reflexionar; es un cargo no electo, por tanto no oficial, pero que sin embargo contempla una serie de funciones derivadas del protocolo y de la representación institucional como asistir a viajes, cenas oficiales, visitas de estado y participación en actos benéficos o en relación a prestar servicios a la comunidad.
El cargo de Primera Dama (First Lady) y sus funciones, no se encuentran incluidas en ninguna normativa, por lo que estamos ante una situación que bajo mi punto de vista, se debería regular debido a las atribuciones políticas, diplomáticas y protocolares que el ostentar este rol conlleva. Cabe recordar que al no ser oficial, no contempla atribución económica, estando sus gastos sufragados por el presupuesto de Presidencia de Estados Unidos.
Sin embargo, es fácil encontrar en la web de la Casa Blanca, un espacio donde se reconoce su labor y la historia de esta figura.
Primera Dama, es un término que se acuñó en prensa por primera vez en el año 1877, para hacer referencia a Lucy, esposa del Presidente Rutherford Hayes, pero será a lo largo de los años 30 cuando mas peso tome y se use con mas frecuencia, no solo en este país sino extrapolando a otros países Americanos. En protocolo se utiliza el acrónimo FLOTUS para hacer referencia a su persona.
Este papel ha ido ganando terreno y protagonismo con el paso de los años; Si antes era una figura de relleno, que se encargaba de servir el té, dirigir a los empleados domésticos de la Casa Blanca, elegir vajilla y acompañar a su marido a determinados eventos sociales, a día de hoy tiene un papel preponderante en la vida política estadounidense, es un pilar fundamental de la agenda política y una figura influyente tanto dentro como fuera de sus fronteras.
Ellas eligen su propia agenda, al igual que el tratamiento con el que quieren ser llamadas (Lady Washington o Mrs. President por citar algunos casos), saben de la importancia que tiene ocupar este título y aunque algunas si se han quedado en un papel secundario desde el que cuidar a su familia, siendo únicamente visibles en aquellos actos institucionales en los que acompañaban al Presidente, existen otros casos en la historia mas contemporánea y actual que demuestran su influencia social y como potencian y generan una imagen determinada de la institución a la que representan sin tener por qué hacerlo.
Claros ejemplos de estos cambios los vemos a partir de Lady Bird Johnson y Eleanor Roosevelt, que se involucraron en las campañas participando en mitines y otros eventos políticos en apoyo a sus maridos, en el glamour que Jackie Kennedy aportó a la nación o en la implicación total en campañas por algún colectivo como “Just Say No” del que fue imagen Nancy Reagan, o “Let’s Move» de Michelle Obama.
Uno de los acontecimientos mas esperados junto con conocer al ganador de la contienda electoral, es saber quien ocupará este cargo. Si será el “Primer Caballero” (First Gentleman es el nombre que se utiliza para los esposos de las gobernadoras y que se utilizará en el caso de que Bill Clinton vuelva a la Casa Blanca) en Estados Unidos o será por el contrario la primera primera dama de ascendencia eslovena (la primera inmigrante en ser Primera Dama fue Louisa, esposa del sexto Presidente John Quincy Adams), en posar desnuda para una revista, quienes acompañarán a sus parejas a lo largo de su mandato presidencial.
En definitiva, estoy totalmente segura de que darán mucho de que hablar en la ejecución de sus funciones y representación de Estados Unidos a nivel internacional, pero en lo que respecta a los ideales y valores de familia en Estados Unidos de los que normalmente los inquilinos de la Casa Blanca son un reflejo, en cualquiera de los dos casos no lo representarán .
¿Quien de los dos creen que hará un mejor papel como Primera Dama o Primer Caballero? Hagan sus apuestas.