Debates y Protocolo Político
12/08/2015Felices Fiestas
12/23/2015
El protocolo, ese conjunto de procedimientos que ayudan a reforzar los intangibles de la comunicación y que se hace mas presente en la organización de eventos, ha tomado por costumbre utilizarlo de manera generalizada cuando se hace referencia a otros aspectos considerados complementarios, como son el ceremonial y la etiqueta.
Si nos quedamos con el segundo concepto, la etiqueta, seguro que vienen a nuestra cabeza palabras relacionadas como la corbata, el traje, la gran gala o el tocado, todos ellos vinculados, pero que solo forman parte de una pequeña parte de lo que este término implica. La etiqueta detalla no solo la literalidad de la vestimenta acorde a donde nos encontremos, también engloba el comportamiento adecuado a las situaciones que nos sobrevienen.
El respeto, la educación y la amabilidad transmitida mediante una comunicación eficaz sientan las bases de una etiqueta coherente y lógica en la comunidad en la que nos desenvolvemos y desarrollamos de manera personal y profesional.
En campaña electoral, es importante tener en cuenta estos elementos en la relación de un candidato con la ciudadanía a la que pretende persuadir con el fin de conseguir su movilización el llamada día d y conseguir impulsar los intangibles de los partidos como marca.
Está claro que si un candidato no tiene en cuenta en sus actuaciones la etiqueta adecuada, la malinterpretación y el aflore de emociones negativas sumarán en su contra y la percepción que se tiene sobre el y en consecuencia sobre el partido al que representa.
El protocolo y la etiqueta en campaña nos están enseñando puntos de vista diferentes a los que los medios pueden proporcionarnos con este cúmulo de impactos al que nos vemos sometidos en estos días y que cooperan en la consecución de la cita popular “es en las distancias cortas donde una persona se la juega”.
Imaginemos un candidato que trate mal a un ciudadano durante los paseos de campaña o que en un discurso central de un mitin utilice un vocabulario que los asistentes no entiendan. Se espera un comportamiento definido de los candidatos para incrementar su reputación, imagen y que remuevan las emociones y sentimientos positivos hacia el, aspectos, que se verán fomentados con el correcto uso del protocolo y la etiqueta.
Esta etiqueta también se adapta a las nuevas formas de comunicación y es posible visualizarla en las redes sociales a través del novedoso término netiqueta o protocolo virtual y que en esta campaña electoral, encuentra ejemplos de cómo no saber utilizarla en beneficio del partido al que se pertenece.
La campaña de guerrilla, de atacar al otro, ha encontrado en la falta de protocolo y etiqueta un filón a través del cual conseguir ganar en la llamada arenga política 2.0
Un desafortunado tuit sobre el físico de una candidata, ha dado la vuelta a la red, consiguiendo el objetivo contrario al esperado, consecuencia de un protocolo que deja mucho que desear.
#Yotambienestoyfondona
Seguiremos pendientes a estos ingredientes que dan sabor y coherencia a una campaña electoral ácida y profesionalizada.