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09/05/2017Ser hijo del Presidente de los Estados Unidos siempre ha supuesto estar en el ojo mediático, pero bajo mi punto de vista, considero que hay un límite que en el caso actual con Barron Trump se ha superado con creces.
El hijo menor de Donald Trump y único que tiene con su actual mujer, Melania, ha copado portadas y artículos de opinión desde enero por múltiples asuntos, como las amenazas recibidas en redes sociales.
Pero es en estos últimos día cuando la etiqueta protocolaria ha hecho presencia en artículos de opinión norteamericanos, donde Barron Trump ha estado sujeto a numerosas críticas y ataques por lo que estos periodistas consideran no se viste como un hijo de presidente norteamericano debe hacerlo.
Y yo pregunto: ¿Cómo debe vestir el hijo del presidente?
Cabe recordar que la etiqueta, compuesta por el comportamiento y la vestimenta debe adecuarse a cada situación, demostrando su flexibilidad y maleabilidad dependiendo de cada escenario.
Los niños con esta edad, deben ser aconsejados y enseñados en aspectos como que tipo de vestimenta llevar según la ocasión, si asiste a un acto o evento oficial, social, a una cena etc…pero que algunos medios se permitan el lujo de juzgar la vestimenta de este menor sólo por tener como apellido Trump, cuando no es mas que un protagonista indirecto en una situación que no requiere un código de vestimenta específico, supera la estupidez de la crítica.
¿Tanta repercusión genera que un niño de 11 años vista casual en su día a día?
Puede que no estemos de acuerdo con la manera de hacer o no hacer política que Donald Trump lleva a cabo, pero de ahí a atacar a su hijo por cuestiones como la vestimenta que lleva, al no considerarla acorde a cómo suelen vestir sus padres y matrimonio presidencial cuando descienden del Air Force One, me parece fuera de lugar.
Tal ha sido el impacto que estas palabras han causado en Estados Unidos, que la mismísima Chelsea Clinton, hija del matrimonio Clinton y en su momento, en la mima situación en la que se encuentra Barron ahora, ha defendido la inocencia de este niño, dejando por escrito en redes sociales que lo dejen vivir la infancia en privado que merecen y se dediquen a otros asuntos e intercambiando tuits con Melania Trump la cual le da las gracias por la defensa que realiza de su hijo.
Si piensan y hablan así de un niño de 11 años, ¿Qué pensarán estos críticos de los “calcemensajes” de Trudeau?
La etiqueta cambia como herramienta de comunicación política, pero no queramos meter en el mismo saco, la de los familiares y mas aún los menores, de los actuales personajes políticos.
Dejemos que los niños sean niños.